NATURA
[67] Ascio Dos representaciones del “Hombre verde”. En el margen de la segunda está escrito:
“un hombre verde del siglo XIII. Catedral de Bamberg – Alemania. Pág. 58 Rupert Sheldrake. En el instante que la densidad de la población exige un nuevo diálogo entre hombre y naturaleza A la derecha: “hombre y naturaleza”
“En Indagación de la base y de la cima (Madrid: Árdora, 1999), el poeta René Char escribe: «Durante los meses que siguieron a la Liberación, intenté poner orden en mi manera de ver y de sentir que estaba manchada por un poco de sangre vertida en defensa propia, y me esforcé por separar las cenizas del fuego en el hogar de mi corazón. Ascio, busqué la sombra y restablecí la memoria, la que era anterior a mí.» Y el traductor del texto, Jorge Riechmann, anota: «Ascio: etimológicamente ‘ser sin sombra’, derivado del vocablo griego skia, ‘sombra’. Para los geógrafos de la Antigüedad, habitante de la zona tropical tórrida, llamado así porque cuando el sol se halla en el cenit parecen no tener sombra. Char elaboró su propio mito juvenil de los ascios, hombres vegetales sin sombra, modélicos para el poeta surrealista (…) Lo que aquí nos importa es la asociación entre sombra y memoria.» Y en El renacimiento de la naturaleza (Barcelona: Paidós, 1994), el controvertido biólogo y filósofo británico Rupert Sheldrake dice: «…una y otra vez encontramos la figura misteriosa del Hombre verde, una cabeza cortada entrelazada con vegetación, de cuya boca a menudo brotan ramas…» (Francesc Abad, block W. B. Un pensamiento que crea imágenes, catálogo a cura de Manel Clot, Barcelona 2008, p. 286)
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